sábado, 24 de octubre de 2009

inicio de una nueva historia!!!!!!!!

HOLA AMIGOS BUENO COMO ALGUNOS YA FUERON INFORMADOS EN HI5 Y PS AAUI TAMBIEN INFORMARLES QUE LOS MIERCOLES Y JUEVES SE VA A PUBLIOCAR PÀRTE DE ÑLA HISTORIA DE UNA AUTORA LLAMADA MIEL LA CUEL ESTA ESCRIBIENDO UNA HISTORIA RELAMENTE BUENA TODO LO QUIE NOSOTROS CONOCEMOS SOBRE LA HISTORIA CAMBIA DFRASTICAMENTE EN SU IMAGINACION PERO ESPEREN NO SE ASUSTEN YA QUE LA HISTORIA ES MUY BUENA LA AUTORA ESPERA SUS COMENTARIOS PARA VER QUE PIENSAN DE SU FORMA DE ESCRIBIR ASI QUE EL DIA DE HOSY SE VA A PUBLICAR UNA PARTE Y ASI NOS VEREMPOS EL MIERCOLES Y JUEVES ASI QUE DISFRUTENLA ESPERO QUE LES GUSTE Y AUI LES DEJO UNA PALABRAS DE LA AUTORA:

NOTA AL LECTOR

La serie Twilight/Crepúsculo, al igual que los personajes, pertenecen a Stephenie Meyer. Versión alterna original de Mieli.

Quiero hacer la sagrada referencia que, como todos los aquí presentes sabemos, la idea original de la saga es de la autora Stephenie Meyer, y por tal su manera de escribir es única e irrepetible; en mi caso, en ningún momento traté de copiar su forma de redacción, tan sólo trato de abarcar lo más posible la psicología de los personajes para seguir fomentándonos la bendita obsesión de perdurar la historia más hermosa que hemos leído en toda nuestra vida. ¿Por algo estamos en esto, no? (ja ja).


Bueno... por último les dejo la aclaración de que pretendo publicar por semana un capítulo, (los viernes...hasta que se acabe). Muchas gracias por leerme y de verdad espero que lo disfruten.

Aaaaahhhhh y por favor, ustedes saben que con la Internet es muy fácil el plagio, así que les pido consideración a no ser distribuida sin llevarse mi nombre como autora intelectual de esta versión alterna. Eso es todo queridas y queridos. Besitos y muchos abrazos.

ES TIEMPO DE LA MÁGIA

PARA COMENZAR... ELCONTEXTO DE LA HISTORIA.


Por Elizabeth Fuentes

PRÓLOGO

Hora de soledad y de melancolía,
en que casi es de noche y casi no es de día.
Hora para que vuelva todo lo que se fue
hora para estar triste, sin preguntar por que.

Todo empieza a morir cuando nace el olvido.
Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido...
°Y es tan agria esta angustia terriblemente cierta
de un gran amor dormido que de pronto despierta!

Viendo pasar las nubes se comprende mejor
que asi como ellas cambian, va cambiando el amor,
y aunque decimos: ¡Todo se olvida, todo pasa...!
en las cenizas, a veces nos sorprende una brasa.

Porque es triste creer que se seco una fuente,
y que otro beba el agua que brota nuevamente:
o una estrella apagada que vuelve a ser estrella,
y ver que hay otros ojos que están fijos en ella.
Decimos: ¡Todo pasa, porque todo se olvida...!
y el recuerdo entristece lo mejor de la vida.

Apenas ha durado para amarte y perderte
este amor que debía durar hasta la muerte.
Fugaz como el contorno de una nube remota,
tu amor nace en la espiga muriendo en la gaviota.
Tu amor, cuando era mío, no me pertenecía.
Hoy, aunque vas con otro, quizás eres mas mía.

Tu amor es como el viento que cruza de repente:
Ni se ve, ni se toca, pero existe y se siente.
Tu amor es como un árbol que renuncio a su altura,
pero cuyas raíces abarcan la llanura.
Tu amor me negó siempre lo poco que pedí,
y hoy me da esta alegría de estar triste por ti.
Y, aunque creí olvidarte, pienso en ti todavía,
cuando, aun sin ser de noche, dejo de ser de día.

José Ángel Buesa (Poema para el Crepúsculo)



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Nota 1: Para comenzar este capítulo, propongo que escuchen la canción:My inmortalde Evanescence y Noiselessness--versión acústica-- de Ueickap.

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1. A tus pies

Bella POV

“A pesar de su indiferencia y teniendo en cuenta las circunstancias, ¿no desearía Edward que yo fuera lo más feliz posible? ¿No le quedaría suficiente afecto como para querer esto para mí? Pensé que sería así. No, no me echaría en cara que concediera a mi amigo Jacob una pequeña parte de amor que él no quería. Después de todo, no era la misma clase de amor, en absoluto. Jake presionó su mejilla cálida contra la parte superior de mi cabeza.

Sabía, sin lugar a dudas, qué sucedería si ladeaba el rostro y presionara mis labios contra su hombro desnudo… Sería muy fácil. No habría necesidad de explicaciones esta noche.

Pero, ¿sería capaz de hacerlo? ¿Podría traicionar a mi amado ausente para salvar mi patética vida?

Las mariposas revoloteaban en mi estómago mientras decidía volver el rostro o no.

Entonces con la misma claridad que si me hubiera puesto en riesgo, la voz aterciopelada de Edward me susurró al oído: Se feliz.

Me quedé helada” (MEYER, 2008: 387).

Mis ilusiones de que regresara se destrozaban si desde ahora me deseaba ver en brazos de otro; aunque fueran mis alucinaciones las causantes de su voz, algo en mí me decía que eso era la verdad dentro de toda esta confusión. Sin detener más el alboroto de mis emociones y aquel mandato nefasto que acababa de oír, me lancé de lleno. Moví lentamente mi cara hasta encontrarme con de la Jake, lo que siguió fue pan comido. Ni siquiera sentí como los dos nos enlazamos en la misma idea, él y yo, como otras tantas veces nos conectamos y decidimos intentar no estropear aquel momento.

Sin estar tan consciente de lo que estaba haciendo, por pensar en mi nuevo devenir, una oleada de calor y de suavidad me atrajo a mis labios, aquella sensación era disímil, pero ¡vaya quién lo hubiera imaginado! Jake besaba demasiado bien. Describirlo sería complejo, a pesar de no ser el tierno beso, al cual estaba acostumbrada y enamorada, su forma de besarme me retenía en instante mágico, por primera vez en mucho tiempo me sentía segura, no tenía miedo de lo que asechaba allá afuera.

El mundo se detenía sin previo aviso, en esa camioneta y para la mala suerte de mi Romeo prófugo, Jacob no tenía ni la mitad de intensión de hacerme a un lado, creo que él disfrutaba tanto o más esos segundos. Transmitió una oleada de pasión hacia mí y sin dudarlo reaccioné. Nuestro beso se convirtió en algo mucho más intenso de lo que me imaginaba. Parecía como si supiéramos que el mundo estaba por acabarse después del beso.

De repente recordé que me hallaba frente a mi casa, sin mencionar que no estaba acostumbrada a las expresiones de amor de esa magnitud y bueno… pues tuve que parar en seco a Jake. No lo negaré, la adrenalina corría al mil por mi cuerpo ocasionando una agitación descomunal. Si hoy no me moría de un infarto, entonces estaría frente a una buena señal de mi atrevimiento.

Saqué las palabras a regañadientes de mi incesante Pepe Grillo, apartándome lentamente de los brazos de Jacob.

-- Sé que Charlie tal vez no retorne en unas horas, pero podría sorprendernos en cualquier momento y no creo que le gustaría verme besando a un chico en el auto… a estas horas y sobre todo de esta manera –miraba mi jeans para no enfrentar la mirada de Jake.

-- De a- cuer- do… --dijo con lentitud las últimas tres sílabas- No hay problema, ¡vamos!

Salió rápidamente del coche y se dirigió abrirme la puerta para después caminar juntos al portal de mi casa. Cuando al fin llegamos, titubeó para hablarme, pero con su indiscutible fortaleza y confianza inquebrantable en sí mismo me llamó.

-- ¿Bella? Por favor no vayas a cambiar conmigo, lo que acaba de suceder… Y- yo entiendo si no estas preparada aún, no hay problema, sólo no dejes de estar conmigo como hasta ahora ¿si?

-- Jake, despreocúpate. Al igual que a ti, me gustó lo que paso hace rato y no me arrepiento. No estoy segura de qué va a significar, pero te aseguro que mi idea no es alejarme de ti; más bien lo contrario.

Sonrió de forma natural y su expresión cambio de una preocupada mirada a una felicidad irradiante.

Comenzó a helar y tirité, estremeciéndome de frío y de alucinación por cómo iba a cambiar mi destino… un beso.

-- Bueno pues aquí es donde me desaparezco, entre el bosque, para unirme a la cacería de esa molesta pelirroja. ¿Te parece que te hable mañana? –dijo tan ágilmente que me hizo olvidar la imagen de Victoria entre las olas y sólo responder a esa incógnita tan importante ahora.

-- Eso sería estupendo –dije con verdadero entusiasmo.

Jacob dio un salto desde mi puerta hasta el césped en la velocidad de un parpadeo. Desgraciadamente me recordó a alguien, pero en vez de dejarme llevar por la melancolía, rescaté un poco de mí y me decidí a seguir el impulso de asirme con vehemencia a la posibilidad de una nueva oportunidad. Corrí hasta el final de la lateral de la casa y le grité sin más preámbulos antes de que desapareciera, estoy segura que casi me iba de boca, pero no me importó, todo era mejor que sufrir el desamor.

--Jaaaakeeee!!

Él volteó, sé que tenía el firme propósito de regresar si no hubiera sido porque yo seguí gritándole.

-- ¿Qué te parece si mejor nos vemos mañana aquí… --me faltaba el aire así que aspiré y continué-- al medio día?

-- ¿Será como nuestra segunda cita de verdad?

-- Sí. Eso creo –levanté mi mano en señal de despedida--. Hasta mañana.

Lo vi alejarse más rápido al bosque y mientras yo iba caminando a la puerta, comencé a escuchar timbrar el teléfono, me apresuré a llegar a ella. ¡Rayos!, esto de ser torpe empeoró la situación en el preciso instante de encontrar la llave e introducirla en el cerrojo. ¡Mal, muy mal!, el timbre no iba a durar toda la eternidad y si el que estaba detrás del auricular era Charlie, menos.

Cuando por fin abrí la puerta y corrí despavorida a la cocina para contestar, dejo de sonar. Quería romper algo por la frustración, además de tener el pulso alterado por los acontecimientos de las últimas seis horas, remataba con ésta angustia. La posibilidad de que la hipótesis del infarto se convirtiera en una realidad tangible empezaba a abarcar grandes probabilidades.

Fui a cerrar correctamente mi casa, a quitarme la chaqueta que traía desde casa de Jake para ponerla en la lavadora y dársela mañana limpia. Sorprendentemente el sonido del teléfono volvió a expandirse por toda la casa. La carrera comenzó nuevamente, pero el trayecto era corto. Rogaba porque fuera la misma persona de hace unos momentos.

-- Hola, Casa de los Swan.

-- ¿Bella… Bella, eres tú?

Una voz parecida a una campanita de viento me preguntaba. Al instante supe que era Alice. Quedé petrificada. El reclamo de mi presencia en la conversación me expulso de mi shock.

-- Por favor conteste… ¿se encuentra Isabella? –dijo Alice.

-- Sí, perdón. Soy yo… Al- Alice, ¿eres tú? –me faltaba voz para nombrar a la que había sido mi casi hermana postiza durante los últimos meses. Antes de que…

-- Sí Bella, soy yo. ¡Qué alegría saber que estás bien, que no te ha pasado nada! Estaba pensando que mis visiones no tenían sentido.

-- Disculpa, ¿tus qué? –La interrumpí, no entendí nada--. ¿Qué has visto?

-- Se supone que yo no debería de hablarte, Bella. Entiendes el por qué, ¿no es así? –hizo un pausa como esperando la respuesta afirmativa--. Como sea, te vi saltar de un acantilado y me atemoricé muchísimo, sin embargo luego te observé en tu casa sana y salva y tenía que corroborar esa información.

-- Este… bueno, sí, sí estoy bien. Mi mejor amigo me salvó y sigo con vida. Gracias por preocuparte Alice… Oye –no quería sacar el tema, pero tal vez sería lo más cerca que estaría de un Cullen en mucho tiempo, o tal vez para siempre--, ¿están bien?.. ¿Todos?

-- Ay Bella, cuídate mucho tú, a nosotros no nos puede pasar nada y sí, todos estamos bien –su tono se hizo más bajo-- Él nos ha pedido que no tratemos de intervenir, pero la verdad…

-- ¿Qué? ¡La verdad qué Alice, por favor! –me oí desesperada y casi al borde del llanto, él era lo que me importaba ¡y se detenía en ese preciso instante!

-- Bella tengo que colgar. No te preocupes, él está bien, sólo que está de viaje. Supongo que es su manera de escapar de sí mismo. Cuídate y no hagas locuras –hablaba tan rápido, parecía como si alguien la fuera a escuchar-- Por cierto, te quiero mucho y jamás me olvidaré de ti. Siento haberme ido de esa manera, al igual que todos acá. ¿Podrías perdonar a Jasper por aquella noche? Te lo pido como un favor de…

Hubo una pausa y algo de sonido, movimiento, según creo. No debía de hablar. Por su palabras imaginaba que se ocultaba para marcarme y en son de agradecimiento debía permanecer en silencio yo también.

-- Perdón Bella. ¿Sigues ahí..?

-- Sí, Alice.

-- Vive tu vida lo más feliz posible. Te quiero. Tengo que colgar. Bye.

No me dio tiempo siquiera de decirle que también la amaba y la extrañaba. Esa era la última vez que sabría algo de los Cullen. Ahora que sabía que él estaba bien y que andaba de viaje… olvidándome, distrayéndose como me había dicho, mis sentimientos se turbaron, el asequible dolor atenazo mi mente.

Subí las escaleras autómatamente y cerré mi habitación. Me instalé en mi cama tratando de no soltar mi pobre pecho, mi aliento, mi corazón, mi esencia, mi alma. Las manos eran las únicas que me ayudaban a lograr que el agujero imaginario en mi pecho no tomara medidas descomunales. De repente grite. Grite tan fuerte, era el dolor saliendo de mi ser. Recordé lo sensible que podían ser los oídos de la manada, no quería alarmar a Jake, así que ahogue el berrido y el dolor en una almohada, avergonzada ante mi debilidad.

Trataba de inhalar aire pero no lo lograba. Definitivamente si algo tenía de parecida la muerte con éste instante era en que no había nada alrededor que me pudiera salvar del ominoso destino que me tenía preparado el vacio.

Repasé los recuerdos maravillosos al lado de Edward Cullen, cortaban meticulosamente, ardían en el corazón y por cada suceso que pasaba ante mis ojos me desmoronaba en partículas diminutas. Resolví que la mañana siguiente iba a desaparecer todo vestigio del pasado. Seguramente él estaba en un país lejano disfrutando de su libertad y de su vida de vampiro, sin darle importancia al amor que había vivido. Realmente no era tan fuerte para él y sin embargo me hizo creerle. Embustero, mentiroso. A lo mejor fui un amor pasajero, ¿cómo iba saber yo que el amor vampírico no era para siempre?, ¿o sería sólo por mi condición de humano? De todas maneras, me sentía traicionada y al borde de la decepción.

Paré mis pensamientos, tampoco deseaba ensuciar algo tan bello, pues él me despertó del letargo en el que vivía, no sólo en cuestión de seres fantásticos, sino también me enseñó a amar. Le debía respeto a ese recuerdo, pero no adoración; no ahora que sabía que no era para tanto. Si no lo era para él, no debía serlo para mí. Esa noche iba a despedirme por fin del dolor, del desastre y de la deriva en que me encontraba. Las memorias iban hacer un suplemento para recordarme lo fuerte que fui. No me permitiría arrepentirme de estar aquí. Me tocó vivir al margen de mis emociones y era tiempo de aprender las lecciones. El proceso de enseñanza ya había acabado. Sólo me tenía a mí. Había sobrevivido y respiraba, aun y si no lo deseará en algún tiempo pasado. Hoy respiraba.

***

Lloré como nunca hasta ese entonces. Las palabras de Alice me habían curado de más formas de las que pensaba. Repetirlas una y otra vez, terminaron por convencerme, debía salir avante, esquivando lo que me hiciera daño.

Eran las tres de la mañana, Charlie tenía como dos horas de haber vuelto del funeral de Clearwater. Me levanté del hoyo negro donde me encontraba y con una fuerza desconocida me dije a mí misma: Ya todo va estar bien. Se feliz.

Me despabilé y me dirigí a la ventana, necesitaba respirar aire puro, aunque fuera muy húmedo por la lluvia de la noche, el chiste era completar el ciclo de la catarsis. Abrí la ventana y asomé mi cabeza a la negra noche, mientras mis pulmones se llenaban de esa nueva vida escuché muy cerca de ahí un aullido, agudo y penetrante, pero sin la menor sensación de nostalgia. Sabía que provenía de un lobo, de un hombre lobo. A lo lejos alguien cantaba un himno a la vida, lo aúllaba, y yo, por mi parte, lo recibía con los brazos y el corazón abiertos.

--Gracias Jake. Hasta mañana –musité y cerré la ventana.

Esa madrugada dormí, otra vez, tranquila. Las pesadillas no acudieron a mí. Mis sueños transcurrieron entre bosques soleados, playas con aguas cristalinas y mucha luz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

oye esta historia
la vas a seguir
subiendo tu en este blOg?