Reencarnacion Capitulo 25

HOLA AMIGOS AQUI DEJANDOLES EL ULTIMO CAP DE ESTA SEMANA Y CONTESTANDO A SUS DUDAS LA HISTORIA DE MIELI TODAVIA NO ACABA SOLO FALTA EL EPILOGO PERO ELLA NO LO HA PUBLICADO ASI QUE ESPEREMOS QUE LO PUBLIQUE PRONOT Y EN CUANTO LO HAGA YO MISMA SE LOLS PONDRE ASI QUE NO SE DISFRUTEN Y LES RECUERDO QUE ESTA HISTORIA ACTUAL "REENCARNACION" ES PUBLICADA LOS MIERCOLES JUEVES Y VIERNES ASI QUE ESTEN ATENTOS COMENTEN SOBRE LA HISTORIA BIIIIEEEEE BESITOS VAMPIRESCOS P.S: CUALQUIER DUDA NO DUDEN EN COMUNICARLA BIE
Reencarnacion Capitulo 25
Emmett POV
Llegué a la casa, y ahí estaba estacionado el auto de Rosalie, esta vez teníamos que hablar seriamente, ya me imaginaba que le habían hecho ella y Alice a la pobre de Valerie. Con Alice luego hablaría, ahora tenía que hablar con Rosalie.
- ¡¡ROSALIE LILIAN HALE CULLEN!! – grité
Obviamente, no hubo respuesta. Subí las escaleras rápidamente.
- Rosalie…tenemos que hablar preciosa
Otra vez, sin respuesta. Me paré frente a la puerta de nuestra habitación, podía percibir su esencia así que no podía engañarme.
- ¿Rosalie?
Como no me contestó, intenté abrir la puerta. Tenía el seguro puesto.
- Rosalie, abre ahora mismo o voy a tirar la puerta – le advertí.
Silencio, nuevamente.
- Tú lo quisiste Rosalie.
Quité la puerta del marco y al ver lo que me esperaba adentro me quedé completamente pasmado.

Rosalie POV
Yo había decidido hacerlo olvidar a Valerie y sabía que en mis brazos la olvidaría, con mis besos lo retendría a mi lado…para siempre.
Alice me ayudó a escoger lo que usaría para ese momento, algo coqueto, insinuante y sexy. Traía un juego rosa pálido, mi sujetador dejaba a la vista la curva de mis pechos y la seda le concedía a mi piel un tono rosáceo, mientras que mis bragas tenían un encaje muy coqueto. Mi cabello estaba desparramado en rizos por toda la cama.
Alice me había ayudado a planear todo esto, yo tenía mis brazos recargados en las almohadas detrás de mi cabeza mientras que mis piernas estaban ligeramente dobladas. Yo lo miré fijamente, sin moverme.

Emmett POV
Una diosa, eso era lo que Rosalie parecía en ese momento, una diosa griega, perfecta, deseable, irresistible. Su hermoso cuerpo estaba a la vista y yo lo devoré con la mirada.
El rosa de su conjunto resaltaba en las sábanas blancas y su piel tenía un leve tintineo. El sol estaba en pleno cenit, pero las persianas estaban corridas de manera que el sol sólo entraba por algunas ranuras, dándole a Rosalie aún más ese toque de misterio, esa sutil brillantez.
Lo que iba a decirle se me olvidó por completo. Ella no se movió, pero su mirada permanecía fija en mí, no se movía, no me decía nada y esto me estaba matando.
Quería que me dijera algo, pero no movía ni un centímetro su precioso cuerpo, nada, todo estaba ahí, todo estaba ahí para que yo lo tomara.
Yo sabía que había ido ahí para hablar seriamente con ella, pero la tentación era enorme, el deseo era enorme, el amor era incontenible.

Rosalie POV
Notaba en los ojos de Emmett las dudas, las posibilidades, las cavilaciones. Todo pasó por sus ojos y luego, sólo había dos cosas, deseo y pasión.
Entró a la habitación y yo luchaba con las ganas de moverme y atraerlo a mis brazos y besarlo, sin embargo tenía que demostrarle a él mismo que sólo yo podría ejercer ese amor y esa pasión. Sólo yo sabía como avivar esa llama dentro de él, sólo yo lo podía llevar a ese lugar.
Emmett era un vampiro directo, cuando quería una cosa la tomaba, siempre era así, pero esta vez no sólo tomó sino que se dedicó a torturarme.
- Rosalie po favor dime algo
Yo lo ignoré.
- Estás matándome y lo sabes, lo estás haciendo a propósito.
MI mirada lo seguía, pero de ahí en fuera yo no daba muestras de vida y podía quedarme en esa posición por diez años y a mí me daría lo mismo.
- bueno, al parecer disfrutas matándome así que yo haré lo mismo preciosa – se quitó la camisa pasándosela por la cabeza – al final no podrás más que decírmelo.
Y entonces comenzó.
Emmett POV
Así que Rosalie quería jugar sucio, pues tendría un juego sucio. Me quité la camisa y me hinqué junto a la cama. Mis manos comenzaron a acariciar su cuerpo. Empecé por su cabello, sus ondas suaves, bajé por su cara, sus labios, la hermosa curva de su cuello, el valle entre sus pechos, su delgado abdomen, sus piernas y sus pies.
Fui acariciando todo lentamente y una vez que recorrí todo su cuerpo con mis caricias, lo volví a hacer sólo que esta vez inicié por sus pies hasta sus cabellos. Ella se mantuvo increíblemente inmóvil.
Me acerqué a su oído y le susurré lo más sensualmente que pude.
- Vamos Rosalie, no te irás a quedar así todo el rato ¿o sí? – yo reí en su oreja y sus cabellos acariciaron su cara.
Y otra vez no me decía nada, pues si mis manos no habían logrado su objetivo, mis labios, mi lengua y mis dientes lo harían.

Rosalie POV
¡¡Rayos!! No sé si podré aguantar más. Sus labios comenzaron a besarme la oreja y sus dientes mordieron esa zona. Sus labios fueron dejando un reguero de besos por mis mejillas, suaves, lentos.
Cuando llegaron a mis labios los besó como quiso y por más que quería responderle, me contuve. Sus labios sobre los míos eran insistentes, provocadores, su lengua recorrió mi labio inferior y sus dientes mordieron mis labios suavemente.

Me estaba volviendo loca y él lo notó en mis ojos y rió.
- Vamos cariño, no podrás quedarte así más tiempo y aún me queda mucho que disfrutar.
Siguió besando mi cuello y entonces, se posó sobre mí, esto no iba a poder soportarlo, su cuerpo contra el mío me iba a volver loca y Emmett lo sabía. Quería impregnar su esencia en mi, pero si yo no respiraba, no podría percibir su aroma tan masculino y varonil.
Comenzó a besar mis clavículas y luego siguió con deliberada lentitud por mis pechos. Luego besó mi abdomen y mordió la piel cercana a mi ombligo. Cuando llegó a mi entrepierna besó mi piel descubierta sin tocar jamás mis bragas.
Besó cada centímetro de mi pierna y siguió a los pies y luego a la otra pierna. Yo ya no podía más, iba a explotar si no lo tocaba.
- Emmett… - no pude evitar soltar su nombre en un suspiro.
Emmett POV
Oí el suspiro que salió de sus labios y miré sus ojos, estaban llenos de deseo, su voz era un suave tintineo. Comencé a besar su cuerpo nuevamente, sólo que ahora podría ver el placer en sus expresiones.
Besé cada parte de su cuerpo nuevamente, sólo que ahora sus manos se movían sobre mis músculos suavemente, mientras la besaba, le quité el juego de lencería que traía. Subí hasta sus labios y cuando nos besamos, nos fundimos en un beso profundo, mientras nuestros cuerpos se volvían uno.
En ese momento comprendí lo que es en verdad el amor, durante noventa años creí amar a Rosalie, pero fue hasta ahora que me di cuenta de que el amor que había entre nosotros era inquebrantable, incontrolable, inevitable, inagotable. Nuestro amor era la cosa más pura que había en este mundo, pues no había mentiras, no había secretos, no había nada que nos pudiera separar.
Mis labios besaban los suyos con pasión, dulzura, rabia, ternura, ferocidad y delicadeza. Rosalie respondió a mis besos de la misma manera, sus suaves manos arañaban mi espalda y despeinaban mi cabello, las mías se habían perdido en la dulzura de su cuerpo
Cuando despegué mis labios de los suyos, sólo fue porque deseaba todo de ella, no sólo sus labios. Comencé a besar su cuello y ella jadeó suavemente.
- Emmett, mi amor…te amo
En ese momento pensé que no habría en este mundo dos palabras como aquellas. “Te amo” cinco letras, tres sílabas, dos simples palabras. Dos palabras por las cuales yo moriría con tal de escucharlas de los labios de Rosalie todos días.
Me pregunté hacía cuanto tiempo que no las oía, pero eso ya no importaba, yo la amaba, por ella yo estaba vivo, por ella…mi mundo era ella. Mis sentimientos, mis gustos, mis pensamientos, todo estaba atado a ella.
Yo mismo me encontraba atado a ella por los lazos más fuertes que podrían haber, jamás me separaría de ella de nuevo, no habría nunca más nada que pusiera en duda de que yo era de Rosalie. Única y exclusivamente de ella.
Hubo un pequeño instante en el que Rosalie se perdió en el placer y yo aproveché aquella distracción para hacer algo que me moría por hacer desde hacía mucho tiempo.
Rosalie POV
Fue simplemente el mejor momento de toda mi existencia.Emmett estaba entre mis brazos, sus manos, sus labios todo él estaba conmigo. Cuando la tormenta que había entre nosotros comenzó a calmarse, Emmett seguía sobre mí, sus manos entre mis cabellos, sus labios en mi cuello.
Emmett estaba recargado en mi pecho y yo lo acuné ahí mientras acariciaba los músculos de su espalda. Mi mano se quedó quieta por unos instantes. Algo me llamó la atención.
En mi dedo anular, estaba mi anillo.
- Te amo Rosalie, con toda mi alma, con todo mi cuerpo, con todo mi corazón, te amo, te amo, te amo, te amo. Tú eres lo que le da sentido a las cosas, tú eres la razón por la que yo estoy aquí y ni el cielo sería el cielo sin ti entre mis brazos.
Y si hubiera podido llorar, lo hubiera hecho, hubiera llorado de pura felicidad. En ese momento agradecí el que Carlisle me salvara, agradecí que Edward jamás me hubiera hecho caso, agradecí ser lo que era. Emmett tenía razón, yo no quería el cielo, yo quería estar a su lado no importaba donde, en el cielo, en la tierra, en el infierno.
No podía pedir nada más. El anillo estaba en mi dedo y Emmett entre mis brazos. Todo era perfecto.
- No se me olvida lo que le hicieron a Val.
- ¿Te importa mucho?
- No, nada me importaría más que el ver siempre una sonrisa en tus labios – me respondió pasando un dedo por mi labio inferior.
- Te amo
- Y yo a ti, mi amor, mi vida, mi alma, mi alegría, mi todo – sus labios besaron los míos y ya nada nos importó más que el estar juntos.
Emmett POV
Que hermoso es el amor, pero sólo con mi Rosalie. Estábamos acostados en la cama, ella recargada en mi pecho y yo, acariciando sus hermosos cabellos rubios.

- Creo que Carlisle y Esme nos van a regañar
por haber roto la puerta – Rose comentó
rompiendo el silencio con su hermosa risa.
- No creo, ya la repararemos después, por
ahora sólo tengo una idea
- ¿Besarme? – ella me preguntó y yo lo
hice.
- Además de eso ¿qué te parecerían unos
días en San Francisco, solos tú y yo – le
sugerí.
- Perfecto – Rosalie me sonrió.
Nos besamos nuevamente y comenzamos a hacer
las maletas, una vez hechas les dejamos a
nuestros padres una nota y nos fuimos en el
coche de Rose. En el camino, nos paramos para
cazar lo que fuera que encontráramos.
- ¿Apuestas? – le pregunté a Rosalie con
una ceja levantada.
- Sí, pero esta vez no serán tareas –
ella me dijo rodeándome el cuello con los
brazos, yo la abracé por la cintura.
- ¿Qué será entonces, amor mío?
- Si yo gano tú me darás un masaje todas
las noches por una semana
- Y si yo gano tú me bañarás por una
semana
- Hecho
Nos fuimos cada uno por su lado y encontré
un oso, un oso grande y fuerte. Cuando
terminé ya iba a irle a enseñar el cadáver
a Rose, pero ella me ganó y dejó en el
suelo su oso…más grande que el mío.
- Te gané – dio brinquitos de gusto y
luego me abrazó – un masaje todas las
noches.
- Claro que sí mi amor – la besé y tiré
algo sobre el oso de Rose.
Una vez que nos separamos le dije que
teníamos que recoger los osos y dejarlos
más ocultos en el bosque. Cuando se agachó
a recoger el suyo, se quedó atónita
mientras veía el anillo. Yo lo tomé y me
hinqué frente a ella.
- Rose, te amo, con pasión, con locura, sin
razón y sin control, así será toda la
eternidad, ¿te casas conmigo…una vez
más?
- Claro que sí mi amor – me besó y
regresamos al auto, tomados de la mano.
Y entonces fui yo el que me llevé una
hermosa sorpresa, pues en el asiento del
conductor había un oso de peluche, parecido
a Teddy.
- Sé que no es el mismo pero… - Rosalie
comentó.
- Gracias, mi amor – nos besamos nuevamente
y emprendimos nuestro viaje a San Francisco.
Tomé la mano de Rosalie y ella entrelazó
sus dedos con los míos mientras me dirigía
una hermosa sonrisa. Mientras volvía mi
vista a la carretera sabía que no podía
haber nada mejor en este mundo que estar al
lado de Rose.