miércoles, 3 de marzo de 2010

Reencarnacion Capitulo 11

Reencarnacion Capitulo 11

Valerie POV
- Debo irme, tengo Biología y no quiero llegar tarde – le dije a Emmett y antes de que me fuera, tomó mi mano
- Antes de que te vayas quiero hacerte una pregunta
- Claro
- Valerie, ¿Quieres ser mi novia?
Bueno, ciertamente esa pregunta no me la esperaba, pero sí podía responderla con suma facilidad. Regresé mis pasos y le rodee el cuello con los brazos mientras lo besaba. Emmett me devolvió el beso y puso sus manos sobre mi cintura.
La campana sonó y pude imaginar, por tantos cuchicheos, que todos o la mayoría de los alumnos nos observaban.
- Claro que quiero ser tu novia Emmett – le sonreí y me alejé de él con una sonrisa en la cara.
Miré a mi alrededor, todo mundo me miraba con la boca abierta. Sonreí aun más. Rosalie estaba en primera fila y estaba segura de que nos había visto besándonos…la barrí notoriamente y reí. Luego me fui a mi siguiente clase.
Al llegar Jessica me esperaba ansiosamente y Bella me veía con algo de reproche.
- no lo puedo creer – dijo Jessica completamente atónita - ¿De verdad te pidió que fueras su novia?
- Sí- respondí yo orgullosa de eso
- Wow, no puedo creerlo…Rosalie Hale…eso es histórico – Jessica estaba muda de la sorpresa
La clase siguió y yo no podía dejar de sonreír. Al final del día me reuní con Emmett fuera de su Jeep, me acerqué a él y lo besé triunfante. Nos metimos al coche y me llevó a mi casa.
En el camino veníamos platicando de cómo nos había ido en el día, sin tocar casi el tema de nuestra escena después del almuerzo, sin mencionar los cotilleos que había causado la noticia de nuestro noviazgo.
Al llegar a mi casa me besó largamente hasta que pensé que me quedaría sin respiración, cuando nos separamos yo estaba jadeante y Emmett sólo sonreía, al parecer él no notó la falta de aire.
Me bajó del Jeep y volvió a besarme…Wow los besos de Emmett eran simplemente…adictivos, lo acerqué de nuevo a mí y lo besé algo más apasionadamente. Sus manos se convirtieron en esposas alrededor de mis muñecas y las dejó pegadas al Jeep mientras nos besábamos. De repente se separó de mí, yo ni siquiera me di cuenta de cuando se alejó.
- Creo que… es mejor que entres Val – me dijo Emmett seriamente.
Su reacción me dejó completamente confundida, nos estábamos besando y las cosas habían subido de tono rápidamente, pero a mí no me importaba. Eso era lo quo yo quería, y creí que él también lo hacía.
- Está bien – respondí y me colgué la mochila al hombro, Emmett me tomó por el brazo y me obligó a verlo a los ojos.
- Lo lamento, pero creo que es demasiado pronto – Emmett se disculpó.
- No te preocupes, tienes razón – rocé mis labios con los suyos un corto momento y luego entré a mi casa.
Dejé las llaves en la mesita de la entrada, bajé mi mochila al suelo y me dirigí a la ventana; no había oído el motor del jeep al arrancar así que creí que él seguiría afuera, sin embargo la calle estaba completamente sola.
Me di la vuelta y vaya susto que me di al ver a mi madre ahí parada viéndome con una sonrisa pícara y de complicidad en la cara.
- ¿qué fue eso que vi? – me preguntó y yo me horroricé, ¿cómo le explicaba lo que acababa de ocurrio entre Emmett y yo?
- ¿de qué? – me hice la desentendida
- El chico que te trajo, en un Jeep enorme, ¿Es Emmett Cullen cierto?
- Sí
Nos dirigimos hacia la cocina, donde yo me puse a lavar los platos que había en el fregadero y mi mamá seguía cocinando.
- Tu padre dice que el Doctor Cullen y su familia son excelentes personas – mi madre comentó como que no quiere la cosa pero yo sabía hacia donde se dirigía esta conversación.
- Sólo conozco a Emmett y un poco a Edward- respondí yo sin interés.
- Ajá, mejor ya dime la verdad – sabía que mi madre se daría cuenta de que algo había pasado.
- Hoy Emmett me pidió que fuera su novia – le respondí sin querer darle ningún detalle.
- Lo sabía, cuéntame – me pidió.
Mientras hacíamos la comida no me quedó de otra más que contarle toda la historia acerca de cómo Emmett y yo nos habíamos conocido y como me había pedido que fuera su novia y como todos nos veían sorprendidos.
Mi padre llegó y comimos todos juntos, obviamente le tuve que contar que Emmett era mi novio, sólo que él no me pidió tantos detalles como mi madre.
- Me da gusto que estés adaptándote tan bien hija – mi padre me comentó – pero me gustaría que Emmett viniera a cenar con nosotros un día de éstos.
- Claro, le diré – respondí y me subí a mi habitación.
Rosalie POV
Acabado el almuerzo, Mike y yo salimos de la cafetería y nos reunimos cerca de todos los curiosos que miraban algo con gran interés. Al ver lo que a todos les interesaba, reprimí el intenso dolor que llegó ante la visión de Emmett besando a la chica.
Una vez que dejaron de ser el centro de atención, la chica se separó de él lo miró a los ojos y le dijo: “Claro que quiero ser tu novia Emmett”, no puedo negar que eso me tomó por sorpresa…Emmett…me cambiaba por “esa”. Bueno, era su vida después de todo y yo seguía teniendo la culpa.
La chica se volteó, siguió caminando y al pasar por donde yo estaba me barrió…¡¡Me barrió!! A mí, Rosalie Hale Cullen, pero respiré profundo, la niña quería guerra, guerra tendría y no sabía con quien se estaba metiendo…y yo jamás perdía.
La siguiente clase, la tenía con Emmett y Jasper, entré al salón y Jasper ya estaba ahí, me senté en la banca que compartía con Emmett y nadie me quitaba la vista de encima. La verdad no me importaba lo que pensaran los demás, pero esta situación me estaba poniendo de lo más incómoda.
- ¿Gano puntos por decir que tú eres muchísimo más hermosa que ella? – me preguntó Jasper desde la banca de al lado y ambos reímos
- Los que quieras
- Genial, solo no le digas a Alice que dije eso – Jasper le pidió
- No te preocupes, no me gustan güeros – ambos reímos
- Pobre Mike Newton – murmuró Jasper y volvimos a reír
En ese momento dio el segundo toque, indicando el inicio de la clase. Emmett entró al salón y ocupó la silla junto a mí. Suspiré para mis adentros y me decía a mí misma que fuera fuerte.
El ambiente estaba de lo más tenso, no había que ser Jasper para notarlo, todos nos miraban como si fuéramos la nueva atracción en Disneylandia.
Afortunadamente, llegó el profesor y todos voltearon para prestarle atención. Su clase era de lo más aburrida, las funciones trigonométricas eran de lo más sencillo en este mundo.
Mientras daba la teoría me dediqué a jugar con mi cabello distraídamente y por el rabillo del ojo vi a Emmett dibujando en su cuaderno. Sonreí, me encantaban sus dibujos, era algo que se le daba muy bien.
- Bueno chicos, para terminar la clase y para un punto extra en el promedio, resuelvan la página 98 de su libro con su compañero de banca – el profesor nos indicó y se sentó en su escritorio.
Saqué mi libro de la banca y abrí lo abrí. Emmett parecía no hacerme caso así que decidí hacerlos simplemente para pasar el rato. No necesitaba un punto extra, esto ya lo sabía de memoria
- Ahí es tres, no dos – Emmett estaba inclinado sobre mi hombro – no cambiaste el signo
- Gracias – le dije y borré el error y lo cambié. Que bueno era no ser humana porque en ese mismo momento me hubiera sonrojado hasta la médula, jamás me equivocaba, pero mi mente estaba dispersa en esos momentos.
- ¿puedo hacerte una pregunta?
- Claro
- ¿Por qué regresaste?
Suspiré sonoramente, esa pregunta me la esperaba, era obvia.
- No quería estar sola y extrañaba mucho poder salir por las tardes, salir de compras con Alice, fastidiarle la vida a Edward – ambos reímos ante esto – no quiero estar separada de la familia.
- Supongo que no – Emmett asintió y luego tomó mi libro – bueno hagamos los problemas, no queremos quedarnos sin ese punto extra ¿cierto?
- Cierto
Terminamos los ejercicios y…obviamente ganamos nuestro punto extra. Mientras esperábamos a que la clase terminara Emmett volvió a sus dibujos, pero yo quería hablar con él, tal vez estuviéramos en una situación difícil como pareja, pero hablar con él siempre me había hecho sentir bien.
- ¿otro videojuego? – pregunté al ver los dibujos de Emmett, él rió y asintió.
- Sí, ya sabes, como Jasper siempre va con Alice a las plazas, pues ya se hizo adicto a las compras como ella – Emmett bromeó y una bola de papel le dio en el cuello.
- La próxima vez que Alice quiera ir a Nueva York en temporada, me aseguraré de decirle que tú te mueres por acompañarla – Jasper lo amenazó y los tres reímos
El día por fin terminó, Jasper, Alice y yo nos fuimos en el convertible a la casa, mientras que Emmett y Edward iban a dejar a sus respectivas novias a sus casas.
Por la tarde todos estábamos en la casa, Esme estaba con Carlisle en el estudio de él, Alice y Jasper estaban viendo la tele;Edward estaba tocando el piano y Emmett estaba ayudándole a Esme con unas cosas del jardín.
Me senté en el pasto y esperé a que Emmett apareciera, cuando lo hizo, lo llamé con un dedo. Él, indeciso, se acercó hacia donde estaba yo y se sentó a mi lado.
- Me gustaría hablar contigo – dije y él asintió – Emmett yo sé que las cosas no…no está bien entre nosotros, pero estaba pensando que no quiero dejar de platicar contigo como…como solíamos hacerlo…no sé, tal vez podríamos ser los hermanos que aparentamos ser ¿qué dices?
Emmett POV
¡¿Qué, qué digo?! ¡¡¿¿Qué digo??!! ¡Por Dios! ¡¡Si el solo verla me desarma!! Antes de soltarle esa verdad, lo medité un poco, quería estar con Valerie, aún me intrigaba y también me tentaba la idea de estar con Rose por las tardes aunque solo fuera como..."hermanos"
- Claro – respondí porque no sabía que más decir
Envié una plegaria al cielo, no sabía si podía sobrevivir siendo solo el hermano de Rose, recé por poder pasar aunque sea una hora cerca de ella sin la necesidad de abrazarla.
Si de por sí esa tarde en clase de Matemáticas tuve que enfocarme completamente en no acariciar sus cabellos, sus mejillas, sus hermosos labios…
- Genial – respondió ella con una sonrisa que yo conocía bastante bien pero que ella raramente otorgaba, una sonrisa sincera.
Nos quedamos toda la tarde en el jardín platicando de puras trivialidades y me pude dar cuenta de que – a pesar de conocerla de tanto tiempo – había pequeños detalles de los que no me daba cuenta.
Me encantaba escucharla hablar, ver sus gestos, sus manos moverse de un lado a otro. No me di cuenta de cómo pasaron las horas y ella tampoco, hablamos tanto y de tantas cosas. No nos movimos para nada, yo seguía sentado frente a ella y nos quedamos así…toda la noche

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